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viernes, 11 de diciembre de 2015

Grises


Hay ojos a los que les falta el color. Ni son verdes, ni pardos, ni azules. Son, quizá, grises. El poema de Rafael Salazar los comparaba con piedras, con espejos empañados, con cuevas guardando traición.

Ni son verdes, verdes,
ni son negros, negros.
Tus ojos malditos no tienen color,
ni pardo de tierra, ni azules de cielo,
ni grises de humo, ni rosa de flor.


La Paquera de Jerez y Bambino cantaban al frío de unos ojos grises, que eran de color acero, enloquecedores. 

Cuando sentí el frío de tus ojos grises,
los míos ya fueron dos barcos sin faro,
que adentro del alma me echaron raíces,
volviéndome loca, tus ojitos claros.


Y los poetas, como Constantino Cavafis, también dedicaron versos a unos hermosos -y generalmente, tristes- ojos grises.

Mirando un ópalo medio gris
recordé dos hermosos ojos grises
que vi: hará unos veinte años...

Por un mes nos amamos.
después se marchó, creo que para Esmirna,
a trabajar allí, y no nos vimos más.
Se habrán afeado -si vive- aquellos ojos grises;
se habrá arruinado el bello rostro.
Memoria mía, guárdalos tú como eran.
Y lo que puedas, memoria, de ese amor mío,
lo que puedas tráemelo esta noche.


Ojos grises, generalmente invernales, como el tiempo que comienza... Allí, donde termina tu mirada empieza el frío (Karmelo Iribarren).

lunes, 17 de noviembre de 2014

"El Farina de Las Ventas" o "El morito Juan"


Nació en el barrio de Ventas, muy cerca de la plaza de toros, y se llamaba José Luis Cantero Rada. De crío, solía hacer pellas porque prefería pasar el día imitando a su artista favorito, el gran cantaor Rafael Farina. Vino amargo, Las campanas de Linares, Mi Salamanca, Dinero y riquezas y La senda del viento formaban el repertorio de aquel niño nacido en el turbulento Madrid de 1937. En el barrio lo llamaban "El Farina de Las Ventas". Con veintipocos años, superadas la Guerra Civil y la postguerra, el joven José Luis se ganaba la vida "apatrullando la ciudad" como taxista, llevando en su coche a la mismísima Ava Gardner. También haciendo trabajillos de jardinería y repartiendo fruta a domicilio. Con el dinero que iba ganando, grababa sus propios discos de copla, que vendía en el Rastro los domingos por la mañana. Como su pasión por el cante no se saciaba, también participaba en concursos radiofónicos y actuaba en las fiestas de los alrededores. Con el tiempo, aquel apodo de "El Farina de Las Ventas" se acortó, convirtiéndose en "El Fary".  
 
 
José Luis Cantero Rada "El Fary" tomó la alternativa musical en Pozoblanco, cuando entró en el cartel sustituyendo a Pepe Blanco. Poco después, Antonio Molina lo contrató en una gira que duró dos meses. Coincidiendo con el final de la dictadura, en 1975, grabó su primer disco oficial, Ritmo caló, aunque la popularidad llegó en la década de los 80, gracias a la canción Torito guapo.

 
Aquel artista entrañable, tremendamente aficionado a los toros, fue, además, uno de los pioneros del "videoclip" en España, con su interpretación de El morito Juan. Ataviado con una chilaba y un fez rojo, "El Fary" nos trasladó magistralmente a Tánger para confesar que era un moro moderno, amante de las mujeres, las discotecas y los cubatas.
 
Yo soy un moro de Tánger y me quiero presentar:
hombre que pasa de todo, me llaman el moro Juan.
Tengo 33 mujeres como si fuera un sultán,
para completar las 40, necesito siete más.
 

lunes, 8 de julio de 2013

Ganadero charro


Gran pensador de negocios,
ladino en compras y ventas,
serio y honrado en sus cuentas,
grave y zumbón en sus ocios,

vividor como una oruga,
su vida de siempre es ésta:
con las gallinas se acuesta,
con las alondras madruga.

Clavado en la dura silla
de su viejo caballote,
se va a Extremadura al trote
y al trote toma a Castilla;

y toma allá montaneras,
y arrienda aquí espigaderos,
y busca allá invernaderos,
y goza aquí primaveras,

y viene y va con ganado,
y vende, y vuelve a arrendar,
y paga y vuelve a criar...
y siempre está atareado.

Y entre tantos trajinares,
aun puede al año unos días
lucirse en las romerías
de los rayanos lugares;

porque el intrépido charro
juega tan bien a la calva,
que no hay en tierra de Alba
quien no respete su marro.
"Charro a caballo" (Sorolla)

Ni hay labrador ni vaquero
que de tan brava manera
coja una manta torera
y eche a rodar un utrero.

Nadie como él ha lucido
yeguas en las «cuatropeas»,
y mantas en las capeas,
y marros en el ejido,

rumbos, en las romerías,
maña en los retajaderos,
fuerzas en los herraderos,
y enas tientas, valentías.

Pocas habrá tan certeras
cual sus sagaces miradas
para arrendar otoñadas
y calcular montaneras,

pesar un novillo «a ojo»,
vender oportunamente,
saber observar prudente,
saber mirar de reojo...

Mas, ¡ay, que todo declina!
Ya no baila, ni capea,
ya no lucha ni pulsea,
ya va viejo, ya se arruina...

Ya con su grave figura
y su aspecto, antes bizarro,
sombras de aquel cuerpo charro
que fue broncínea escultura...
(Fragmento del poema de José María Gabriel y Galán)
Monumento al Charro (Venancio Blanco)

Si sumamos las ferias de San Isidro, de la Comunidad y del Arte y la Cultura, desde el 1 de mayo hasta el 9 de junio, se han celebrado en Madrid 34 festejos taurinos. De ese total, sólo siete ganaderías (aproximadamente un 20%) procedían de Salamanca. Esta representación no es mucho más alta en su propia tierra, concretamente en la plaza de La Glorieta, donde cada año se anuncian menos divisas históricas charras. A las trabas del mercado, se suman los problemas tradicionales provocados por la climatología: de todas las regiones donde se crían toros bravos, Salamanca posee el tiempo más extremo, con inviernos muy duros que retrasan el crecimiento de la hierba y el remate de los animales. A pesar de todo, y sin pasar por alto los agresivos controles sanitarios puestos en marcha por la Administración, el campo charro conserva una riqueza genética única, con ganaderías de casi todos los encastes y ramificaciones: Domecq, Atanasio-Lisardo, Contreras, Saltillo, Santa Coloma, Vega-Villar, Murube, Urcola, Gamero Cívico... Y si ricos y variados son los toros salmantinos, más aún los ganaderos que los crían, "serios y honrados en sus cuentas; graves y zumbones en sus ocios". A ellos va dedicado el poema de Gabriel y Galán.
 
Precisamente, mañana, 9 de julio, debuta en Pamplona una ganadería charra: Valdefresno. Después de la estafa que la empresa de Madrid protagonizó a las puertas de La Beneficencia eligiendo a esta divisa como víctima -Choperita llegó a afirmar que eran toros "antiestéticos"-, se incrementan las ganas de que los Atanasio-Lisardos de Nicolás Fraile tapen bocas. De momento, ya ha vendido su corrida mucho mejor de lo que le iban a pagar en Las Ventas, cumpliendo con todos los requerimientos de trapío, remate y edad. Suerte, pues, para los Fraile.
 

lunes, 8 de abril de 2013

Juan Belmonte y Sara Montiel decidieron morir el mismo día


La mañana en que recordábamos el aniversario de la muerte de Juan Belmonte en Gómez Cardeña, fallecía en Madrid Sara Montiel. El 8 de abril, ya sea de 1962 o de 2013, no es buen día para la lírica.
 
 
A última hora del 8 de abril de 1962, Antonio Díaz-Cañabate llamaba a la redacción del ABC para dictar la siguiente crónica: "Llego a Gómez Cardeña al anochecer, directamente desde el aeropuerto. A las últimas luces del crepúsculo la blancura del caserío es todavía más nítida. Diez o doce automóviles se alinean junto a la portalada del cortijo donde ha muerto Juan Belmonte. Hace ocho días lo vi por última vez [...] El sábado 31 de marzo Juan acosó con su hijo. De pronto, después de una soberbia caída, se desmontó de Maravilla, su caballo favorito. Y con andar penoso se dirigió al coche y allí se derrumbó [...] El próximo sábado, 14 de abril, iba a cumplir setenta años. La muerte no le ha dejado redondearlos. La muerte estaba oculta detrás de un acebuche. La muerte salió queda y silente en la tarde del domingo. La muerte se lo llevó, allí mismito, junto al ruedo de una placita de tienta".
 
 
Hace un año, recorrí el camino que lleva hasta Gómez Cardeña. En ese rincón de la campiña de Sevilla, parece que el sol todavía se resiste a salir. El silencio es absoluto, la blancura de los muros perdura y las puertas permanecen cerradas.  
 
 
Ten compasión, Señor, de tanta gloria
y tanta muerte y tan rebelde nudo.
Era un hombre no más, solo y desnudo,
esclavo encadenado a su memoria.
 
Cuánto pesa la púrpura irrisoria
cómo abruma al ungido, al que ser pudo
dueño de tanto azar y cayó, rudo
gladiador contra el bloque de su historia.
 
Cuántas veces luchando en la faena
buscaba aire y era nazarena
fe, fe viva y causal lo que pedía.
 
Todo el ruedo se ha abierto en horizonte.
Y cómo lanceaba y qué armonía.
Apiádate, Señor, de Juan Belmonte.
 
("Oración por Juan Belmonte", Gerardo Diego)
 
 
Belmonte murió con 69 años. Sara Montiel, la primera estrella española en Hollywood, a los 85. A Sara también le gustaban los toros... No hace tanto, se dejó caer en el tendido 4 de la plaza de La Misericordia con un inmenso puro. Belleza y personalidad a raudales. Desde Campo de Criptana a la Meca del Cine. Ni "Google Maps" es capaz hoy de trazar una ruta entre ambos puntos, pero Sarita lo hizo.


Fumando esperaremos a que la vida vuelva a dar artistas como estos que nos dejaron un 8 de abril. Algunos, en vano, piensan que un capote de paseo echado sobre el hombro izquierdo basta para rayar a su inmortal altura.
 
Portada del País Semanal del 7 de abril de 2013


Un 8 de abril también fallecían Picasso (1973) y Margaret Thatcher (2013)